Fenicios, íberos, romanos, árabes… han dejado su huella en Vilalba. Restos de asentamientos íberos y visigodos, topónimos de origen romano, acequias árabes para el aprovechamiento del agua… escriben una historia milenaria ligada a la tierra y al esfuerzo de la gente.
La actual Vilalba nace con la repoblación por parte de los templarios de estas tierras, conquistadas a los árabes. La carta de población de la villa es de 1224. Sin embargo, fue en el siglo XVI cuando la villa vivió su momento de mayor esplendor: gracias a su capitalidad como encomienda hospitalaria, Vilalba se ennoblecíó con majestuosas casas y comenzó la construcción del magnífico templo de San Lorenzo.
Vilalba sufrió asaltos durante la Guerra de los Segadores, en el siglo XVII; se vio afectada por la Guerra de Sucesión, a principios del XVIII, y se fortificó durante las guerras carlistas del XIX. Durante la Guerra Civil de 1936-39, el frente republicano se estableció en Los Cuatro Caminos, donde actualmente hay erigido un monumento.